Cuando uno lee el último ensayo de Mario Vargas Llosa (El viaje a la ficción. El mundo de Juan Carlos Onetti) se entera de cosas fenomenales. Por ejemplo, el surrealista encuentro de Jorge Luis Borges y Juan Carlos Onetti en una cervecería de Buenos Aires. Uno no conocía personalmente al otro y aunque sabían mutuamente de la existencia de sus obras, secretamente, rumiaban su desconfianza.
Emir Rodriguez Monegal los presentó y señala que Onetti se encontraba más hosco y lúgubre que de costumbre. Casi no habló en toda la reunión y cuando lo hizo fue para espetar secamente: "¿Pero qué ven ustedes en Henry James?" (uno de los autores preferidos de Borges).
Borges acusó el golpe y tuvo la oportunidad de devolverlo cuando, en 1981, fue jurado del Premio Cervantes en España. En la votación final, entre Octavio Paz y Juan Carlos Onetti, votó por Paz. Cuando lo entrevistaron sobre el porqué de su elección, respondió flemáticamente:
-¿Cuál era su reparo a la obra de Onetti?
-Bueno, el hecho que no me interesaba. Una novela o un cuento se escriben para el agrado, si no no se escriben [...] Ahora, a mí me parece que la defensa que hizo, de él, Gerardo Diego, era un poco absurda. Dijo que Onetti era un hombre que había hecho experimentos con la lengua castellana. Y yo no creo que los haya hecho. Lo que pasa es que Gerardo Diego cree que Góngora agota el ideal en literatura, y entonces supone que toda obra literaria tiene que tener su valor y tiene que ser importante léxicamente, lo cual es absurdo. Ahora si Gerardo Diego cree que lo importante es escribir con un lenguaje admirable, eso tampoco se da en Onetti".
Y después se cree que los conflictos entre escritores es un problema de andinos y criollos.
Emir Rodriguez Monegal los presentó y señala que Onetti se encontraba más hosco y lúgubre que de costumbre. Casi no habló en toda la reunión y cuando lo hizo fue para espetar secamente: "¿Pero qué ven ustedes en Henry James?" (uno de los autores preferidos de Borges).
Borges acusó el golpe y tuvo la oportunidad de devolverlo cuando, en 1981, fue jurado del Premio Cervantes en España. En la votación final, entre Octavio Paz y Juan Carlos Onetti, votó por Paz. Cuando lo entrevistaron sobre el porqué de su elección, respondió flemáticamente:
-¿Cuál era su reparo a la obra de Onetti?
-Bueno, el hecho que no me interesaba. Una novela o un cuento se escriben para el agrado, si no no se escriben [...] Ahora, a mí me parece que la defensa que hizo, de él, Gerardo Diego, era un poco absurda. Dijo que Onetti era un hombre que había hecho experimentos con la lengua castellana. Y yo no creo que los haya hecho. Lo que pasa es que Gerardo Diego cree que Góngora agota el ideal en literatura, y entonces supone que toda obra literaria tiene que tener su valor y tiene que ser importante léxicamente, lo cual es absurdo. Ahora si Gerardo Diego cree que lo importante es escribir con un lenguaje admirable, eso tampoco se da en Onetti".
Y después se cree que los conflictos entre escritores es un problema de andinos y criollos.
El maestro y su último mensaje para la humanidad (y para los seguidores de Borges)
2 comentarios:
Por suerte los lectores no tenemos que elegir entre uno u otro, pues ambos son/fueron grandes exponentes de la literatura universal.
Genial el últijmo mensaje de Onetti.
Saludos!
En efecto, mi estimada Maga. Las peleas entre escritores son tan antiguas como la literatura misma (debe ser dificil lidiar con esos egos inmensos). Por ejemplo, y hace no mucho tiempo, en Lima hubo una gresca fenomenal entre aquellos que se decían escritores "andinos" (marxistas y desconocidos en su mayoría) y los denominados "criollos" (citadinos y celebrados por el canon oficial). Se lanzaban puyas y frases altisonantes en diarios acusándose unos a otros de cosas inverosímiles (a los 'criollos' los acusaban que eran parte de una mafia argollera que no permitía el reconocimiento de los andinos). En fin, felizmente que nosotros, pobres lectores mortales, solo nos dedicamos a disfrutar las increíbles historias que pergeñan estos extraordinarios tipos.
Saludos y suerte en la librería.
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