jueves, 31 de marzo de 2011

Better Man

El disco "Vitalogy" de Pearl Jam fue uno de los pocos originales que compré apenas salió al incipiente mercado limeño allá por el año de 1994. Aun recuerdo los 20 dólares que gasté juntando los sencillos de las escasas propinas que recibía (sueldo de hijo, que le dicen).

El disco y sus sucesivas escuchas -solo o con los compinches de siempre- fue todo un acontecimiento para mi incipiente -en ese entonces- formación musical. Me enganché sobremanera a él (aun lo conservo, viejo, ajado,  medio destrozado, pero con la potencia de siempre). Sólo estaba seguro de una cosa, Pearl Jam era -y es- un grupo de puta madre (disculpen el francés). 

Ahora, después de muchos años, lo rescato a través de un box set deluxe editado este año donde incluyen el VS y el Vitalogy es una edición de 3 discos. Vuelvo a sentir lo que sentía hace más de 15 años, cuando era feliz e indocumentado.

La canción Better man es el soundtrack de estos días.

"Waitin', watchin' the clock, it's four o'clock, it's got to stop
Tell him, take no more, she practices her speech
As he opens the door, she rolls over...
Pretends to sleep as he looks her over

She lies and says she's in love with him, can't find a better man...
She dreams in color, she dreams in red, can't find a better man...
Can't find a better man
Can't find a better man
Ohh...

Talkin' to herself, there's no one else who needs to know...
She tells herself, oh...
Memories back when she was bold and strong
And waiting for the world to come along...
Swears she knew it, now she swears he's gone

She lies and says she's in love with him, can't find a better man...
She dreams in color, she dreams in red, can't find a better man...
She lies and says she still loves him, can't find a better man...
She dreams in color, she dreams in red, can't find a better man...
Can't find a better man
Can't find a better man
Yeah...

She loved him, yeah... she don't want to leave this way
She feeds him, yeah... that's why she'll be back again

Can't find a better man
Can't find a better man
Can't find a better man
Can't find a better... man..."

miércoles, 30 de marzo de 2011

Causas y Azares


Hoy conversaba con una querida amiga sobre la manera cómo el azar se inmiscuye en nuestras vidas y nos hace pensar -a veces- que todo carece de sentido y dirección. Que estamos aquí de paso, metidos en una inmensa licuadora que no deja de funcionar nunca y que el arte de vivir consiste en dejarse llevar para no terminar demasiado mareado, confuso y embarrado.

En esas estaba, cuando recordé la letra de una inmensa canción de Silvio Rodriguez (a quien se le perdona todo, incluso que siga siendo marxista en Cuba) que resume perfectamente lo que uno aquí no puede explicar -y es que la poesía, como el Señor, tienen caminos inescrutables-. Se llama Causas y azares y pertenece a su disco homónimo de 1986.

"Cuando Pedro salió a su ventana
no sabía —mi amor, no sabía—
que la luz de esa clara mañana
era luz de su último día.

Y las causas lo fueron cercando

cotidianas, invisibles.
Y el azar se le iba enredando
poderoso, invencible.

Cuando Juan regresaba a su lecho

no sabía —oh alma querida—
que en la noche lluviosa y sin techo
lo esperaba el amor de su vida.

Y las causas lo fueron cercando

cotidianas, invisibles.
Y el azar se le iba enredando
poderoso, invencible.

Cuando acabe este verso que canto

yo no sé —yo no sé, madre mía—
si me espera la paz o el espanto,
si el ahora o si el todavía.

Pues las causas me andan cercando

cotidianas, invisibles.
Y el azar se me viene enredando
poderoso, invencible."

jueves, 24 de marzo de 2011

La bestia en Lima (Iron Maiden, Estadio de San Marcos, 23 de marzo de 2011)



Siempre me criticaron que en los conciertos no era demasiado efusivo, que la emoción me la guardaba en los bolsillos. No sé si esa visión era la correcta. Creo que no. Sin embargo, ayer sí que fue la excepción. Cuando Iron Maiden salió al escenario a las 9 de la noche, todo cambió.

La noche limeña prometía, a pesar que la convocatoria no terminaba de pegar y la gente llegaba a cuentagotas. Y digo prometía porque no estaba solo, después de muchísimos años asistía con mis dos mejores amigos a la comunión con la música (Valium en pleno, sus otros miembros están en el destierro). Las cervezas y los puchos iban y venían y el cuerpo estaba preparado para detonar como un cochebomba.

Contracorriente, el grupo peruano telonero, cumplió con creces. Con dos magníficas guitarras y una estridente batería demostró que hay poco que envidiar afuera y dejó algunas frases de antología ("Buenas noches, basuras"; "Aniquila la situación"; "Sácale la mierda a esa guitarra"). Los tres comenzamos a avanzar, entre una marea de sudor y polos negros, el escenario era el objetivo final.

Con una puntualidad inglesa, a las 9 de la noche los reflectores se apagaron y el escenario se convirtió en una pequeña vía láctea. Los acordes del intro de The final frontier dieron paso a la explosión de las tres guitarras, el bajo, la batería y la voz inconfundible de Bruce Dickinson. La bestia estaba nuevamente en Lima y venía dispuesta a arrasar. La espera de 26 años por fin terminaba. Durante las próximas dos horas nadie iba a quedar indiferente.

La noche comenzó a enfriarse (una inusitada lluvia se desató y me hizo pensar por un momento en el Cusco) pero adelante el calor era peor que un sauna. Los cabellos mojados y la gente arremolinada que saltaba sin pausa contagiaban al pogo que poco a poco se fue desatando. 2 minutes to midnight fue el principio del fin. La marea humana nos llevaba de un lado a otro y lo único que quedaba por hacer era dejarse llevar. Intentar resistirse era inútil.

Es difícil tratar de recordar lo que pasó a continuación. Tengo visiones fragmentadas del concierto. Solo sé que la música sonaba y sonaba, potente, sólida, sin pausa. Lo siguiente que recuerdo es un cataclismo de gente saltando y gritando y yo con ellos, abrazado a extraños (cometí el error de ir al baño a medio concierto -mis recientes estrenados riñones no aguantaron tantas cervezas- y, aunque volví a meterme de lleno a la masa de gente de adelante, no pude encontrar de nuevo a mis partners). La gente, cuando había una pausa en esa locura colectiva, socializaba las cervezas, los puchos y hasta los huiros. Acólitos de una religión extraña y desconocida, comulgábamos en conjunto con todos los presentes.

Al final, pude recuperar al fin a mis amigos y terminamos la noche conversando y tomando unas cervezas en un parque, hasta que la policía, patrullero de por medio, nos botó. Ya no seremos los jóvenes de antes, pero ayer pudimos comprobar que nos divertimos igual. 

Dicen que al concierto de Maiden asistieron únicamente 25 mil personas. Sentí que era hermano de todas ellas.

 

Set List
Satellite 15... The Final Frontier
El Dorado
2 Minutes to Midnight
The Talisman
Coming Home
Dance of Death
The Trooper
The Wicker Man
Blood Brothers
When the Wild Wind Blows
The Evil That Men Do
Fear of the Dark
Iron Maiden
--------------
The Number of the Beast
Hallowed Be Thy Name
Running Free



lunes, 21 de marzo de 2011

Presentación (Nueva Era)

Queridos (y escasos) seguidores:

Han sido más de cuatro años que escribo y mantengo este blog bajo el seudónimo de Giordano Bruno, aquel hereje por excelencia que decidió incinerarse defendiendo sus ideas en un mundo regido por el oscurantismo y la intolerancia. Durante este largo tiempo quise hacer de este medio una bitácora de viaje, un registro de emociones, sensaciones y lecturas que me permitieran arrojar una botella al mar del ciberespacio dejando constancia que existía alguien del otro lado, con las mismas confusiones, sufrimientos y pequeñas alegrías como cualquier otro.

De ese tiempo hasta ahora demasiada agua ha corrido bajo el puente. Mis confusiones siguen siendo muchas y mis certezas son pequeñas y se cuentan con los dedos de una mano. Sin embargo, hace poco tiempo que mi vida está experimentando un cambio radical en todos los aspectos, he empezado un viaje interior que espero que me lleve a encontrarme conmigo mismo, sea lo que fuere que halle al final del sendero. En esos afanes, me planteé seriamente abandonar este blog, eliminarlo o dejarlo a la deriva, con la esperanza que tantas palabras que podían resumir una vida sirvieran -si fuera el caso- de algo a alguien. Sin embargo, me pareció injusto abandonar este pequeño cuaderno de viaje, por insignificante que fuera. Le tengo un inmenso cariño y en sus páginas virtuales puedo reconocerme en todos estos años, tal como soy y como siempre quise ser.

Es por eso (y por muchas otras cosas más) que decido hoy abandonar el anonimato y dar la cara (disculpen la osadía). Se inicia -al menos para mí- una nueva etapa y una nueva era. Aún no sé a dónde me llevará. Como música de fondo resuenan los acordes de la canción de la Velvet Underground: "Something's got a hold on me/ And I don't know what/ It's the beginning of a new age/ It's the beginning of a new age/ It's a new age."

  

viernes, 18 de marzo de 2011

Ala de Colibrí


Hoy me propongo fundar un partido de sueños,
talleres donde reparar alas de colibríes.
Se admiten tarados, enfermos, gordos sin amor,
tullidos, enanos, vampiros y días sin sol.

Hoy voy a patrocinar el candor desahuciado,
esa crítica masa de Dios que no es pos ni moderna.
Se admiten proscritos, rabiosos, pueblos sin hogar,
desaparecidos, deudores del banco mundial.

Por una calle descascarada
por una mano bien apretada.

Hoy voy a hacer asamblea de flores marchitas,
de deshechos de fiesta infantil, de piñatas usadas,
de sombras en pena del reino de lo natural
que otorgan licencia a cualquier artefacto de amar.

Por el levante, por el poniente,
por el deseo, por la simiente.

Por tanta noche, por el sol diario.
En compañía y en solitario.

Ala de colibrí,
liviana y pura.
Ala de colibrí
para la cura.
                 (Silvio Rodríguez)

jueves, 17 de marzo de 2011

Wild Horses


"I know I dreamed you a sin and a lie
I have my freedom but I don't have much time
Faith has been broken, tears must be cried
Let's do some living, after we'll die

Wild horses couldn't drag me away
Wild, wild horses, we'll ride them some day

Wild horses couldn't drag me away
Wild, wild horses, we'll ride them some day"

Amén, Rolling Stones.

martes, 8 de marzo de 2011

Lucha de Gigantes


Lucha de gigantes convierte
el aire en gas natural,
un duelo salvaje advierte
lo cerca que ando de entrar
en un mundo descomunal,
siento mi fragilidad.

Vaya pesadilla corriendo
con una bestia detrás,
dime que es mentira todo,
un sueño tonto y no más,
me da miedo la enormidad,
donde nadie oye mi voz.

Deja de engañar,
no quieras ocultar
que has pasado sin tropezar.

Monstruo de papel,
no se contra quién voy,
¿o es que acaso hay alguien más aquí?

Creo en los fantasmas terribles
de algún extraño lugar,
y en mis tonterías para
hacer tu risa estallar.

En un mundo descomunal,
siento mi fragilidad.

Deja de engañar,
no quieras ocultar
que has pasado sin tropezar.

Monstruo de papel,
no se contra quién voy,
¿o es que acaso hay alguien más aquí?

Deja que pasemos, sin miedo...

PD: Hoy, por alguna extraña razón, me levanté con esta canción en la cabeza.
El gran Antonio Vegas y una verdad inmensa como la luna.

miércoles, 2 de marzo de 2011

Cerrado por derribo


Esta sala de espera sin esperanza,
estas pilas de un timbre que se secó,
esta mala ventura, esta contradanza,
este tráiler de mudanzas,
con los muebles del amor.


Esta campana herida en el campanario,
esta mitad partida por la mitad,
estos besos de Judas, este calvario,
este look de presidiario,
esta cura de humildad.


Este cambio de acera de tus caderas,
este payaso que ya no hace reír,
este arrabal sin grillos en primavera,
ni espaldas con cremallera,
ni anillos de presumir.


Este dulce de leche contaminado,
este perro andaluz sin domesticar,
este orgullo de príncipe destronado,
esta esquina del pecado,
esta ruina de Don Juan.


No abuses de mi inspiración,
no acuses a mi corazón
tan maltrecho y ajado
que está cerrado por derribo.
Por las arrugas de mi voz
se filtra la desolación
de saber que estos son
los últimos versos que te escribo,
para decir "condiós" a los dos nos sobran los motivos.


Esta necesidad de necesitarte,
este llamarte sin quererte llamar,
este olvidarme del deber de olvidarte,
este lunes, este martes
y el miércoles que vendrá.


Esta lágrima de hombre de las cavernas,
esta horma del zapato de Barba Azul,
qué poco rato dura la vida eterna
por el túnel de tus piernas
entre Córdoba y Maipú.


Esta guitarra húerfana y delirante,
con su terco knock knockin’ on heaven’s door,
estos dedos que dejan caer un guante,
delicado y transhumante,
a los pies de un trovador.


Este Land Rover aparcado en tu puerta,
la rueca de Penélope en el Luna Park,
este sueño que sueña que se despierta,
esta caracola muerta
sin la gramola del mar.


No abuses de mi inspiración,
no acuses a mi corazón
tan maltrecho y ajado
que está cerrado por derribo.
Por las arrugas de mi voz
se filtra la desolación
de saber que estos son
los últimos versos que te escribo,
para decir "condiós" a los dos nos sobran los motivos.