domingo, 25 de noviembre de 2007

House M.D. - "You Can't Always Get What You Want"

Esta canción de los Rolling Stones pertenece al soundtrack de las vidas de mucha gente que conozco(y de la mía por supuesto).
También es una de las canciones principales del soundtrack de House M.D.
Aquí se la dejo. Y no olviden que:
"You can't always get what you want / But if you try sometimes you might find / You get what you need"

House M.D: La Anarquía como una de las Bellas Artes


Pocas series más adictivas que House M.D.

Y conste que no soy de púpila fácil. De esos que se encandilan capítulo tras capítulo frente al televisor como idiotas porque sacan una paloma del chistero de cuando en vez. Nones. Pero House M.D. -debo reconocerlo- fue amor a primera vista.

Hugh Laurie (en excelente interpretación, dos Globos de Oro al bolsillo) encarna al médico Gregory House: lisiado, huraño, anarquista, cínico y adicto a la vicodina. Mezcla de Sherlock Holmes y Bernard Shaw, House desentraña los más insólitos casos médicos a través de la deducción y de los diálogos socráticos con sus asistentes (dos hombres y una mujer, todos médicos, que son el contrapunto perfecto para desfogar las fobias del maniático House).

Como jefe del departamento de diagnóstico del hospital universitario Princeton-Plainsboro, House trabaja los más insólitos casos clínicos partiendo de la premisa que todos los pacientes (y en general todos los seres humanos) hacen de la mentira una forma de vida. Por eso muy pocas veces habla con sus pacientes para preguntarles dónde les duele. Siempre ocultarán algo -esencial para el desarrollo del caso- y House debe descubrir qué. Antes que sea demasiado tarde.

Su trabajo es de gabinete, de detective solitario reconstruyendo piezas de un rompecabezas tremendamente complicado. Algunas veces -la mayoría- acierta. Las otras, son gajes del oficio.

Manipulador y anarquista, House suele destruir intelectualmente a quien se le ponga al frente. Ignora los buenos modales y la corrección política y detesta las reglas del mundo civilizado (sobretodo las del hospital donde trabaja). Con su bastón a cuestas y sus píldoras para la felicidad -Vicodina- House parece un Diógenes redivivo en pleno siglo XXI, predispuesto a descreer de todo y de todos.

La serie ya va en su Cuarta Temporada y gracias a mi casero pirata del centro comercial de la ciudad (el único donde puedes encontrar toda la colección de Buñuel) pude ver los tres primeros capítulos. Aquí, solo (recordemos que en el final de la tercera temporada botó e hizo renunciar a todos sus asistentes) debe enfrentarse a la cruel tarea de entrevistar médicos para suplirlos, mientras se enfrenta a rarísimos casos clínicos. Siendo como es, la tarea nunca es aburrida.

House M.D. o la anarquía como una de las bellas artes.

martes, 13 de noviembre de 2007

Silencio Carajo!

Yo de monárquico no tengo nada.
Los reyes, príncipes y princesas me interesan un comino y me los paso por el forro.
Que alguien, por el simple hecho de su nacimiento, sea predestinado a cierta dignidad sucesoria me parece un despropósito en pleno siglo XXI.
Sin embargo, luego de escuchar a Juan Carlos hacer callar al sátrapa caribeño (a cualquiera hincha las pelotas tremenda verborrea insulsa), no puedo menos que declararme seguidor del borbón y más monárquico que nunca.

lunes, 12 de noviembre de 2007

Andrés Calamaro y Los Rodriguez... "Diez Años Después"

El rock cantado en nuestro idioma no sería el mismo sin Andrés Calamaro y Los Rodriguez.
‘Diez Años Después’ es toda una declaración de principios.

sábado, 10 de noviembre de 2007

Gods and Monsters



El sábado transcurría aburrido. A la tarde hay muy poco que hacer, así que desempaco una película comprada hace unas semanas y hago rodar el DVD. Espero una sorpresa. Y vaya que me la encuentro.


"Dioses y Monstruos" (Gods and Monsters, 1998) es una película inglesa del director Bill Condon ('Kinsey', 'Dreamgirls') quien adapta la novela "El Padre de Frankenstein" de Christopher Bram (y ganó un Oscar a mejor guión adaptado por ello) para narrar los últimos días del director de cine James Whale.


James Whale (Ian McKellen) es un director de cine retirado, excéntrico, aristócrata y homosexual. Gozó de gloria al dirigir ‘Frankenstein’, ‘El Hombre Invisible’ y ‘La Novia de Frankenstein’ en un Hollywood lleno de glamour, hipocresía y closets repletos de gente que no decide salir de él.

Anciano, con la mente atosigada por imágenes del pasado a causa de un derrame cerebral, Whale mantiene una batalla entre el deseo carnal (siempre fue aficionado a la gente joven) y sus solitarios días.

La película desarrolla su trama cuando el joven jardinero Clay (Brenda Fraser) entra al servicio de Whale. A partir de allí surge una extraña amistad entre ambos (mezcla de admiración, cariño, soledades compartidas y amor) donde Whale –ya al final del camino- encuentra al fin un interlocutor válido para volcar la soledad y las imágenes del pasado que lo atormentan.

Mención aparte merece la magistral interpretación de sir Ian McKellen (considerado como uno de los mejores intérpretes de Shakespeare). Como Whale en su época, McKellen también declaró abiertamente su homosexualidad, remeciendo a la pacatos y aburridos ingleses y al mundillo hipócrita de Hollywood. Brendan Fraser también está a la altura de las circunstancias, demostrando que no sólo las idiotas comedias masivas son lo suyo.

Más allá de la homosexualidad de su protagonista (ése no es el tema principal de la película ni mucho menos) Gods and Monsters’ es una historia acerca de la amistad, la soledad y el genio creador. Y de los dioses y monstruos que habitan en el interior de cada uno de nosotros.

En fin, que el sábado pasado estuvo plenamente justificado.


La Medición del Mundo



Intentar medir el mundo es una tarea complicada.

Y lo era aún más en el siglo XVIII, cuando no sabíamos lo que sabemos ahora y los aparatejos tecnológicos estaban en pañales (hoy en día, cualquier idiota dotado de un GPS puede determinar su posición exacta en el orbe).

Alexander von Humboldt y Carl Friedrich Gauss, alemanes, lo intentaron, cada uno a su modo (en cierto modo triunfaron y también fracasaron).

Humboldt, avezado viajero, desde muy joven recorrió el orbe, tratando de comprender a la naturaleza y descifrar los secretos que encierra. Ásceta, célibe y decidido, viajó por la selva del Orinoco, anduvo por la América Central y también por la del Sur, ascendió montañas y volcanes, descendió profundidades y cavernas, ávido por medir el mundo y encontrar el secreto último de sus entrañas.

Gauss, matemático excepcional ("el príncipe de las matemáticas" le llamaban), mente privilegiada y espíritu cínico, intentó también medir el mundo, sin moverse de su escritorio. Anarquista, putañero y mañosón, dejó de lado a la novia en plena noche de bodas para apuntar una fórmula matemática que acababa de ocurrírsele. Intentó hurgar el espíritu último del número y no dudaba de tratar de ignorantes y asnos a quienes no estaban a su altura.

Ambos murieron ancianos, incomprendidos y con una rara sensación de haber vivido en vano.
Y quizás el destino de los genios sea siempre el mismo: adelantados a su tiempo, llevan la maldición de Casandra a cuestas.

De estos dos científicos y de otras cosas también trata la divertida novela 'La Medición del Mundo' (Die Vermessung der Welt -a ver si la consigues, kaiser-) del joven alemán Daniel Kehlmann. Más allá de un simple recuento de anécdotas científicas el espíritu del libro es otro... ¿Cuál es la naturaleza del genio? ¿cuál su destino? ¿De qué material está hecho su voluntad?

Altamente recomendable para aquellos que buscan divertirse, aprender y no perder el tiempo tratando de buscar los tres pies al gato.






Alexander Von Humbolt y Carl Friedrich Gauss, científicos, genios y alemanes.

miércoles, 7 de noviembre de 2007

Tristeza


El día de hoy recibí una ingrata noticia.
El papá de un amigo muy querido (también blogger) ha fallecido.
Son muy pocas las cosas que se pueden decir en un momento como este.
Fuerza Cristian!!!!!!!!!

sábado, 3 de noviembre de 2007

El Gorila y sus Macacos

Ignoro qué maligno karma estará purgando latinoamérica para sufrir a los gobernantes que le tocan. Quizás el problema no sea de las bestias negras que acceden al poder sino de las dóciles piaras que les dejan perpetuarse en él.

Venezuela es el caso más patético de esta tierra apartada de la mano de Dios. Regida por un cachaco iluminado, despilfarra alegremente el petróleo que no durará toda la vida para construir un sueño bolivariano que más parece una pesadilla. Al más puro estilo stanilista desarrolla un culto a la personalidad donde el fetiche mayor es un zambo decidor de incoherencias que lleva al abismo a toda su población y se zurra en cualquier práctica mínimamente democrática.

La última de este oscuro personaje (sería bufonesco sino detentara el poder que ostenta) es la elaboración de una serie de enmiendas constitucionales que deberán ser ratificadas el 02 de diciembre (ya sabemos cuán limpio será este proceso), de la cual pueden extraerse perlas como las siguientes:

  1. Reelección presidencial sucesiva, extendiendo el periodo de gobierno de 6 a 7 años.
  2. El pueblo es el depositario de la soberanía y la ejerce directamente a través del Poder Popular (¿?).
  3. Las comunas serán las células geohumanas del territorio y estarán conformadas por las comunidades, cada una de las cuales constituirá el núcleo especial básico e indivisible del Estado Socialista Venezolano.
  4. La Fuerza Armada Nacional Bolivariana constituye un cuerpo patriótico, popular y antiimperialista.

Una gran mayoría de estudiantes universitarios (ya sabemos que los jóvenes son los primeros en detectar que algo se pudre en Dinamarca) han salido a protestar contra éstas y otras enmiendas salidas de los cerebros de los 'trespatines' del régimen chavista. Huelga decir que han sido reprimidos con barbarie y crueldad.

Pobre Venezuela. Gobernada por un gorila y su ramillete de macacos.

viernes, 2 de noviembre de 2007

Choque y Fuga


Tengo un defecto. Si husmeo en una librería y tengo algo de dinero en el bolsillo, usualmente compro algo. No importa qué. Siempre encontraré un libro que despierte mi entusiasmo o sino me lo invento y engaño a mi instinto, tratando de justificar el gasto. Novela histórica, crónica, historia, ficción pura y simple, etc., el género es lo de menos, lo demás es deshacerme de los soles que me sobran (en ese momento).

En uno de estos adictivos arranques compré el libro de cuentos "Punto de Fuga" del peruano Jeremías Gamboa, quien, en la contratapa, señala como una de sus mayores credenciales haber sido editor adjunto de la revista "Somos" (¿?).

El caso es que acabo de terminar de leer el último cuento del referido libraco y lo primero que se viene a la cabeza es que para escribir como Cortázar hay que serlo pues. Lo demás será esfuerzo, aplicados ejercicios, sudor, angustia, horas de horas esperando sentado la inspiración divina, pero hasta ahí nomás. No sé porqué en algunos de los cuentos percibo un afán cortazariano, unas ganas de perseverar en la inconclusión, de confundir al lector, de perderse en los detalles, el problema es que las costuras saltan a la vista -y los remiendos también-.
Sin embargo no todo está perdido. En algunos cuentos, cuando el autor renuncia a lo aprendido en la escuela y se deja llevar por el instinto, las cosas mejoran notablemente. Y los cuentos se dejan leer, casi redondos. Eso ocurre, por ejemplo, con "María José", "Tierra Prometida" y, sobretodo, con "Un Responso por el Cine Colón" (sin duda lo mejor del libro) historia donde un grupo de porneros consumados (entre los cuales podrían incluirse fácilmente a Puñalon, No Future y Kaiserkeller) deciden rebelarse contra el individuo que proyecta las películas en el viejo cine Colón, pues la porno del día no se encontraba a la altura de las circunstancias.
En resumen, una vez más mi cumpulsión compradora equivocó el tiro. Para otra vez será.