viernes, 22 de abril de 2011

Giordano Bruno

“El joven estudioso estrecha el libro contra su pecho mientras se abre paso entre la multitud. El Campo dei Fiori está abarrotado; es un año jubilar y Roma rebosa de peregrinos, pedigüeños y carteristas. Él avanza lento ignorando a los vendedores que le tiran con fuerza de la manga. Días antes una pequeña noticia había llamado su atención en una publicación local. Se iba a ejecutar a un monje dominico de Nola que había agotado la paciencia y la buena voluntad de las autoridades. El estudioso suspira. Se le encoge el corazón ante la expectativa. Aún no ha pasado un siglo desde la muerte de Leonardo pero la ilustración se ha desvanecido tanto que parecen haber transcurrido eones.

El estudioso trepa con dificultad el andamiaje situado detrás del puesto de un mercader y eso le permite ver desde arriba las cabezas de la masa. El griterío procedente de un extremo de la plaza le comunica que Bruno ha llegado tras haberlo exhibido desnudo por las calles de Roma. Lo atan al poste con cuerda gruesa mientras un funcionario local lee los cargos. El estudioso sólo alcanza a oír palabras sueltas: “hereje impenitente…, negativa a retractarse…, despropósitos constantes”.

Un soldado atraviesa la lengua y la mandíbula de Bruno con una aguja para que deje de hablar. Como gesto de clemencia, el soldado le cuelga un saco de pólvora alrededor del cuello para acelerar el fin del sufrimiento. Bruno aparta la cabeza cuando le ofrecen el crucifijo. Los gritos saturan el aire; antorchas encendidas se elevan a lo alto y luego descienden. El estudioso no soporta mirar más y se abre camino a empellones para salir de la plaza.

El libro que sostenía entre las manos el joven estudioso era Del infinito: el universo y los mundos, escrito por Giordano Bruno en 1584".

domingo, 17 de abril de 2011

Zen para principiantes


A esta película (basada en el libro homónimo de Elizabeth Gilbert) le han caído con todo. Que si es un mamotreto más de aquella fábrica de sueños llamada Hollywood, que si la trama es insufrible por más que quiera parecer profunda, etc. Incluso alguien de mi entorno femenino me advirtió -cuando quise verla, de puro inocente- que era una "porquería". Entonces -también de puro inocente- decidí retirarla de aquellas diversiones pendientes que duran dos horas. Me habían dicho que era mala -malísima en verdad- y eso para mí era suficiente.

Sin embargo, aquello cambió cuando un sábado, en pleno Polvos Azules y buscando documentales de rock, mi buen amigo Danny me inquirió -bastante serio- si había visto la película de marras. "No" -respondí- "X me ha dicho que es una porquería" -respondí bastante seguro-. "Nada que ver" -dijo Danny, sonriendo- "Yo la ví en Alemania y no me pareció tan mala como dices". Entonces, decidí comprarla y agregarla a mi carrito de blue ray piratas, al fin y al cabo, solo perdía seis soles en el intento.

Durante algunas semanas le tuve miedo a esta película y no me pregunten la razón porque tampoco la sé. Sólo estaba seguro que no quería verla solo. Me dije entonces que cuando sucediera -es decir, cuando al fin la pusiera en el reproductor y decidiera darle play- tenía que estar en compañía de alguien especial. Total, que después de algunas semanas enterrada bajo otros títulos, llegó el día de decidir por mí mismo -y bien acompañado- quién tenía la razón sobre el juicio (arbitrario, al fin y al cabo como todos los juicios de valor) de la susodicha película.

Personalmente, la película no me pareció tan mala como me habían dicho y tampoco los 130 minutos que dura se me hicieron interminables. Es más, en algunos pasajes de la misma no pude evitar emocionarme y reconocer en el personaje de Julia Roberts -radiante como siempre- algunos pasajes y paisajes de mi vida. Es cierto que la película tiene pretensiones que sobrepasan a una cinta cinematográfica -solo concebibles en un libro- pero no creo que sea un intento fallido, ni mucho menos. "Confía" es la palabra clave alrededor de la cual gira toda la cinta y es mi palabra favorita de estos días.

Danny, te debo un par de cervezas.

sábado, 9 de abril de 2011

Como un explorador....


Como siempre, el maestro Sabina tiene infinita razón....
 

"Después de tanto tiempo al fin te has ido
y, en vez de lamentarme, he decidido
tomármelo con calma.

De par en par he abierto los balcones,
he sacudido el polvo a todos los rincones
de mi alma.


Me he dicho que la vida no es un valle
de lágrimas… y he salido a la calle
como un explorador. 

He vuelto a tropezar con el pasado
y he pedido, en el bar de mis pecados,
otra copa de ron.


Y en otros ojos me olvidé de tu mirada
y en otros labios despisté a la madrugada
y en otro pelo, me curé del desconsuelo,
que empapaba tu almohada.


Y en otros puertos he atracado mi velero
y en otros cuartos he colgado mi sombrero,
y una mañana, comprendí que a veces gana,
el que pierde a una mujer.


Con el cartel de libre en la solapa,
he vuelto a ser un guapo entre las guapas,
chulapas de Madrid,
sólo me pongo triste cuando alguno,
en el momento más inoportuno,
me pregunta por ti. 


Y en otros ojos me olvidé de tu mirada
y en otros labios despisté a la madrugada
y en otro pelo, me curé del desconsuelo,
que empapaba tu almohada.


Y en otros puertos he atracado mi velero
y en otros cuartos he colgado mi sombrero,
y una mañana, comprendí que a veces gana,
el que pierde a una mujer (¿bailas?)".

martes, 5 de abril de 2011

...Y nosotros ahogados en un vaso de agua


"Es bastante peculiar ser un humano. Nuestra vida está colmada de sucesos y ajetreo, de trabajo y entretenimiento, del ir y venir de familiares y amigos. Vistos desde la altura, nuestros actos parecerían tan intencionados como la actividad de las abejas en una colmena o las ardillas en un bosque. Sin embargo, todos nos consideramos entes vivos, conscientes. Nos planteamos nuestra propia existencia. Sabemos que moriremos. Tal vez compartamos esta capacidad de autoconciencia con unas pocas especies más en la Tierra, pero ninguna otra criatura ha llegado a conocer el lugar que ocupa dentro de los vastos paisajes del espacio y del tiempo"
                                              Chris Impey, Una historia del cosmos

sábado, 2 de abril de 2011

The Trooper


Los cuatro jinetes del apocalipsis (o los destructores del porvenir, ustedes decidan).