sábado, 10 de noviembre de 2007

Gods and Monsters



El sábado transcurría aburrido. A la tarde hay muy poco que hacer, así que desempaco una película comprada hace unas semanas y hago rodar el DVD. Espero una sorpresa. Y vaya que me la encuentro.


"Dioses y Monstruos" (Gods and Monsters, 1998) es una película inglesa del director Bill Condon ('Kinsey', 'Dreamgirls') quien adapta la novela "El Padre de Frankenstein" de Christopher Bram (y ganó un Oscar a mejor guión adaptado por ello) para narrar los últimos días del director de cine James Whale.


James Whale (Ian McKellen) es un director de cine retirado, excéntrico, aristócrata y homosexual. Gozó de gloria al dirigir ‘Frankenstein’, ‘El Hombre Invisible’ y ‘La Novia de Frankenstein’ en un Hollywood lleno de glamour, hipocresía y closets repletos de gente que no decide salir de él.

Anciano, con la mente atosigada por imágenes del pasado a causa de un derrame cerebral, Whale mantiene una batalla entre el deseo carnal (siempre fue aficionado a la gente joven) y sus solitarios días.

La película desarrolla su trama cuando el joven jardinero Clay (Brenda Fraser) entra al servicio de Whale. A partir de allí surge una extraña amistad entre ambos (mezcla de admiración, cariño, soledades compartidas y amor) donde Whale –ya al final del camino- encuentra al fin un interlocutor válido para volcar la soledad y las imágenes del pasado que lo atormentan.

Mención aparte merece la magistral interpretación de sir Ian McKellen (considerado como uno de los mejores intérpretes de Shakespeare). Como Whale en su época, McKellen también declaró abiertamente su homosexualidad, remeciendo a la pacatos y aburridos ingleses y al mundillo hipócrita de Hollywood. Brendan Fraser también está a la altura de las circunstancias, demostrando que no sólo las idiotas comedias masivas son lo suyo.

Más allá de la homosexualidad de su protagonista (ése no es el tema principal de la película ni mucho menos) Gods and Monsters’ es una historia acerca de la amistad, la soledad y el genio creador. Y de los dioses y monstruos que habitan en el interior de cada uno de nosotros.

En fin, que el sábado pasado estuvo plenamente justificado.


1 comentario:

Anónimo dijo...

Hola:
Muchas gracias, tu forma de narrar aumentarón aún más mis ganas de ver esta obra maestra producida por Clive Barker y dirgida por el gran Bill Condon.
Saludos.