Fue la última novela que publicó en vida. Era 1994 y nuestro héroe estaba por irse, con su eterno cigarrillo entre los labios y su desgano a cuestas. Hereje fundamental de las letras latinoamericanas, poco le importó que el marketing disfrazado de 'boom' haya pasado sin saludarlo siquiera. Su interés era otro. Sus lectores -y fieles seguidores- también.
Santo patrono de la angustia y la desesperanza, desde aquí le encendemos velas, donde quiera que se encuentre.
"6 de marzo
Hace una quincena o un mes que mi mujer de ahora eligió vivir en otro país. No hubo reproches ni quejas. Ella es dueña de su estomago y de su vagina. Cómo no comprenderla si ambos compartimos, casi exclusivamente, el hambre."
(inicio de "Cuando ya no Importe")
2 comentarios:
oe, por fin de acordaste del maestro después de andar comentando peliculitas píratas..jajaja.
Saludos marras.
D.
Onetti debe estar siempre cerca de uno, sus novelas de hecho me han marcado y optaré por su relectura en un futuro cercano.
Saludos marras!!!!
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