Detenido en el desconcierto
asumo el áulico aullido de las derrotas.
El lobo busca su natural religiosidad
contra la muerte.
Llueve la vida con asombro.
Llueve en los tapices de carne.
Llueve en los esperpénticos vueltos
enmascarando territorios de súplicas.
Hay humo.
Hay miedo.
Y las palabras explotan fastidiadas.
Y trepida una estrella.
(Jorge Pimentel, En el Hocico de la Niebla)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario