Mi amigo Rosendo me la prestó sin mucha convicción, casi como deshaciéndose de ella.
"Se extraña al narrador de 'Pudor'", me dijo escuetamente y abandonó la novela en mis manos.
Comenzé a leerla sin muchas expectativas, casi por obligación. Sin embargo, pasadas las primeras hojas, poco a poco, la historia de la nueva novela de
Santiago Roncagliolo (Memorias de una Dama: Lima, Alfaguara, 328 páginas) comienza a agarrar vuelo y se deja leer con facilidad.
La novela narra la historia de un joven aprendiz de escritor que busca en
España afirmar su vocación, la cual -en el Perú, su país de origen- corría el riesgo de convertirse en un hobby pasajero. El muchacho va en busca de cualquier trabajo que le permita subsistir mientras aguarda la oportunidad adecuada para escribir la novela que lo sacara del anonimato literario europeo. En esas anda cuando conoce a
Diana Minetti, una millonaria dominicana y aristocrática que lo contrata para que -como negro literario- escriba sus memorias. La novela, a partir de entonces, desarrolla dos historias en paralelo: las peripecias del joven sudaca para subsistir en España e insertarse -arribista, en el puro sentido limeño de la palabra- en el mundillo literario español y la historia de la familia de la millonaria dominicana en plena dictadura de
Trujillo, en donde se gestó una fortuna non santa que ahora reclama la vieja dama.
Sin duda la parte más lograda de la novela es aquella que relata el origen del poderío de la familia
Minetti en la
República Dominicana y las peripecias del joven escritor para desentrañar los oscuros hilos tejidos alrededor de esa madeja. La otra parte de la historia (aquella centrada únicamente en la vida del joven escritor y sus desventuras) es predecible y, muchas veces, aburrida, a pesar que desfilan en esta etapa como personajes
Vargas Llosa y el mismo
Roncagliolo, quien es tomado como el cliché del nuevo escritor famoso: pedante e insoportable (
"A la cuarta cerveza, Roncagliolo, con su apellido ridículo y sus maneras de señorito, ya me caía bien: era lo que yo quería ser, era lo que quizás yo podría ser, era un amigo natural, un alma gemela del Paraguay").
En un anterior post sobre Roncagliolo comenté que había que esperar al muchacho. En esta novela, en efecto, se nota mucho más el nervio y el oficio y la técnica parece un problema resuelto, sin embargo, todavía se percibe que falta algo, un toque, un halo, quizás el sello imperceptible de los maestros.
Esta es la tercera novela de
Roncagliolo, la tercera novela de Vargas Llosa fue
Conversación en la Catedral.
Del Libro:
"Pero el problema real no era el dinero, sino la autoestima. Lima era en esos años una ciudad deprimida, donde cualquier ilusión corría el riesgo de ser detectada y aniquilada a la menor señal de vida. Y la prosperidad no cambiaba eso. Los pocos amigos con que aún me escribía eran socios menores en estudios de abogados, periodistas de televisión, guionistas de productoras transnacionales. Tenían autos y casas, algunos hasta esposas y putas y eso. Pero se quejaban igual. Todo les parecía horrible en Lima. Si les escribía que pensaba regresar, nadie me decía:-Qué bueno, hermano, nos tomaremos unas cervezas.Sino:-¡Noooooo! ¿Estás loco? ¡Esto es una mierda! ¡Quédate en España!"