De todas las cosas buenas que esta ciudad me permitido tener (una vida alejada del mundanal ruido citadino, con mi compañera, una hija maravillosa y otra en camino) los amigos que he conocido y forjado aquí son, quizás, una de las mejores.
El día de hoy, precisamente, es cumpleaños de uno de ellos, cuya pasión por el magisterio del Derecho es, sin duda, digna de resaltar, sobretodo en un país donde nadie parece importarle mucho la difusión de los conocimientos (al menos en provincias). Soy testigo de excepción del empeño puesto por él en organizar seminarios, cursos, mesas redondas, blogs, reuniones, etc., donde se discuta el quehacer del Derecho y sus nuevas tendencias. Siempre tratando de ayudar a que los abogados sean menos asnos de lo que suelen ser, parece nunca perder la ilusión de que nuestro sistema judicial cambie radicalmente.
Magistrado, es de los menos cuyas credenciales académicas están fuera de dudas y de los pocos cuyas resoluciones son intelegibles para el ciudadano común, sin perder por eso su consistencia y solidez jurídica.
Ahora ya no nos vemos mucho, pero las veces que compartimos algún café o adorna nuestra mesa una botella espirituosa, la conversación siempre resulta gratificante, interesante y divertida. Todo en ese orden.
Salud Fernando, un abrazo a la distancia y que sean muchos años más.
1 comentario:
Creo que Fray Luis de León no perdió la continuidad de sus clases porque en prisión no le pusieron una de esas botellas que varias veces desaparecimos, porque de haber sido así, de seguro hubiese preguntado ¿en qué estábamos...?. Realmente ¿cómo es que somos tan torpes de no vernos más? Nos veremos en la hora propicia, en una mesa y con vidrio en la mano. Un abrazo FM
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