Juan Gonzalo Rose (Tacna 1928-Lima 1983) es uno de aquellos poetas a los que sueles recurrir con frecuencia. No importa cuánto lo hayas leído, siempre en sus versos encontrarás la palabra exacta y fresca, la referencia a mundo conocidos, aquellas líneas que te dibujen un estado de ánimo, muy cerca al tuyo. Y es que los libros de Juan Gonzalo Rose son una buena terapia cuando sientes que el mundo complota contra ti y la batalla parece perdida.
DE LA LITURGIA
Si ni tu piel,
ni yo, existiéramos,
lloverían bandadas de rosas
en la placenta gris de la ciudad.
Nosotros detenemos
la fusión del milagro,
sus aceites beatíficos.
En tanto
que te amo
y me amas
los asesinos ocupan sus asientos
en el orden de los grandes banquetes.
(De Panfleto de la soledad, 1966)