sábado, 15 de mayo de 2010

Jesús o el mercantilismo de los libros


Personalmente, desconfío de todos los libracos que, como por generación espontánea, surgieron después del tremendo éxito que tuvo "El Código Da Vinci" de Dan Brown, best seller donde los haya. En efecto, luego de lanzada al público masivo la teoría que Jesús estuvo casado con María Magdalena y tuvo una descendencia sagrada (de donde surge la dinastía de los merovingios franceses) el escándalo alzó vuelo y también las editoriales que comenzaron a imprimir e imprimir, de tal suerte que libros como "Para entender el Código Da Vinci", "1001 preguntas y respuestas sobre el Código Da Vinci", "El Código Da Vinci y el sexo tántrico", comenzaron a reproducirse como generación espontánea.

Michael Baigent es uno de los autores (conjuntamente con Richard Leigh y Henry Linconl) que perpetraron "El Enigma Sagrado", el libro donde se presentó la tesis de la unión de Jesús con María Magdalena y su descendencia divina y que sirvió de base para que Dan Brown imaginara una trama de crímenes, misterios y enigmas alrededor de un códice perdido de Leonardo Da Vinci.

Pero, cuidado, no se vaya a pensar que soy de esos puritanos que le hicieron ascos al libro de Dan Brown, ni de esos beatos chupacirios que se escandalizan ante la idea de un Jesús humano y carnal, alejado del modelo ideal que el apóstol Pablo (que jamás conoció a Jesús y que se dedicaba a perseguir cristianos con el nombre de Saulo) y después la iglesia católica nos hizo venerar, no, nada de eso, me divertí como un chancho con la trama de Brown y devoré su historia en muy pocos días, agradeciéndole por aquellas divertidas páginas que me hicieron olvidar el mundo circundante por unos pocos días.

Lo que me amosca es otra cosa. Por ejemplo, el libro que aquí nos convoca, "Las cartas perdidas de Jesús", que terminé de leer hace unos días, desarrolla la tesis que Jesús no murió en la cruz (lo que, por otro lado, no es una teoría nueva), sino que fue un armado complot (ayudado por Poncio Pilatos) para escapar de los zelotes (la facción más recalcitrante de los judíos que deseaban emanciparse del yugo romano por medios violentos). Jesús volvió a Egipto, de donde salió a predicar a los 30 años y donde estuvo con los Esenios aprendiendo las cosas de las que luego hablaría. Perfecto, interesante tesis, pero, como ya dije, desarrollada anteriormente por otros autores (me viene a la mente, por ejemplo, "El complot de pascua" el clásico libro de Hugh Schonfield) y nada nuevo bajo el sol.

Lo más interesante del libro es, sin duda, la descripción del mercado negro de los papiros antiguos del mar muerto, donde fortunas y grandes intereses entran en juego (la iglesia católica, por ejemplo), unos tratando de difundirlos, otros, tratando por todos los medios que sigan ocultos.

Jesús es sin duda alguna una figura histórica atrayente (al menos para el mundo occidental) y lo seguirá siendo por mucho tiempo. Lástima que tantas barbaridades se escriban –y se hagan- en su nombre (¿sí o no Benedicto?).

2 comentarios:

Anónimo dijo...

jesú me llega al huevo... derecho.

Renzo Ortiz dijo...

jajajajaja... este hereje es de aquellos iconoclastas que despotrican de las figuras religiosas, pero cuando les llega la hora de cruzar la orilla al más allá, buscan desesperados un crucifijo o la extremaunción, arrepintiéndose de todo lo vivido y encomendándose al santo que tengan a la mano... por si acaso.