Me entero que el pasado 6 de julio ha fallecido
Enrique Congrains Martin (1932-2009).
Autoexiliado del Perú por voluntad propia,
Congrains era de esos raros casos de escritores que un día, de un momento a otro y movido por circunstancias desconocidas, decide dejar de escribir y borrarse del panorama y el mundillo literario. Alguien diría, siguendo a Vila-Matas, que era un
Bartleby más, alguien a quien la vida y sus pequeñas miserias lo reclamaron a sus dominios alejándolo de la literatura.
Desempolvo mi vieja edición de
"No una, sino muchas muertes" (1967) publicada en Montevideo por la editorial Alfa y vendida a precio de regalo hace ya muchísimos años, en el mercado de Jesús María, por un librero ambulante, gordo y alcohólico, quien cada vez que me veía llegar por novedades me llamaba 'camarada' y entonaba la Internacional Socialista mientras me invitaba un trago de su mortal mezcla rebajada.
Busco también -y encuentro- una vieja revista
Quehacer (número 46, abril-mayo de 1987) donde, luego de 30 años de silencio sin conceder entrevista alguna, conversa con Tomás G. Escajadillo y Carlos Caldeón Fajardo sobre el Perú, la literatura, Sendero Luminoso y un variado etecétera.
Transcribo algunos fragmentos de ambas a modo de homenaje, sobretodo ahora que estamos frente a una y muchas muertes.
Del inicio de la novela:"Precedediendo a Berta, al fin emergió del humo que cubría gran parte del basural, y poco a poco, como para reencontrarse, fue tomando contacto con las referencias habituales del paisaje: al fondo, a medio kilómetro de distancia, sobre el barranquito que daba al acequión paralelo al Rímac, la silueta del lavadero de pomos, y en el trecho que aún debían andar, en aquel restante sector húmedo, vegetal y podrido, los chanchos y los gallinazos, repartidos por toda la blanda superficie, limpiada previamente por otros hombres y animales de lo útil para las reventas y de lo provechoso para el engorde y sobrevivencia."De la entrevista:
"Para mí el Perú se jodió el día que nos invadieron y conquistaron los españoles. Ese es mi punto de partida histórico. Pero es un se jodió temporal, absolutamente temporal. Es un jodió que justamente nuestra obligación histórica es resolverlo"
[...]
"Creo que la fuerza de Sendero no radica en su proyecto maoísta formal u oficial, sino en que renueva la revolución de Túpac Amaru. Sendero no es un grupo postizo; es un grupo que ha arraigado y está recogiendo toda la vitalidad del elemento indígena"
[...]
"Yo no creo que los problemas del Perú , los verdaderos problemas del Perú, se resuelvan por las vías legales"
[...]
"Me gustaría que hubiera un Inca, que sea representante del Estado y el representante de los peruanos, de todos los peruanos, exactamente como el rey Juan Carlos de España. Y un presidente moderno , un presidente elegido por otras vías"
[...]
"(...) el Perú criollo tenía tres alternativas frente al problema indígena, desde su punto de vista. La primera solución era el sistema norteamericano o el sistema australiano: el exterminio del indígena, captar una fuerte corriente migratoria europea y convertir al Perú en lo que más o menos es la provincia de Buenos Aires, no toda Argentina, o lo que es parte de Chile, un país más o menos blanco. La segunda alternativa era asimilar al indígena promoviéndolo. Y por último, la alternativa del cholo barato, la del indio barato. Esa fue la alternativa que escogieron, y ahora la están pagando con Sendero Luminoso"
[...]
"Dejé de escribir después de No una, sino muchas muertes, novela que nadie ha sabido entender [...] es una novela básicamente política; nadie la tomó en ese sentido: la tomaron como una novela de los basurales, del lumpen. Es una novela donde yo transmito, trato de transmitir un mensaje a la mujer (...)"