Queridos Amigos y Herejes:
En estas fechas no suelo entregarme de brazos abiertos a la algazara comercial que, repentinamente, se apodera del mundo.
El amor a los demás (y a nosotros mismos) no es patrimonio de una fecha en el calendario ni viene envuelto en papel celofán, con dedicatoria incluida.
Sólo quisiera recordarles que, hace un par de miles de años, en una región pobre y perdida de Palestina, habitó un hombre (que antes fue un niño malcriado y travieso, de seguro) que revolucionó la historia de la humanidad con sus enseñanzas de amor y paz. Lamentablemente –como suele suceder desde siempre- no aprendimos su mensaje y lo adecuamos a nuestra conveniencia, haciéndolo inofensivo y rebajándolo a una figurita de yeso, inmóvil y estática, que depositamos en un pesebre cada diciembre para después, en enero, envolverlo en papel periódico (como si fuera un pescado) y olvidarnos de él.
Intuyo que, si él acaso es también Dios, andaría en cualquier parte menos en las iglesias que acaparan su representación y se reiría mucho de los grandes almacenes que llenan sus arcas con su excusa.
Hace no tantos años, en otro ámbito, cuatro jóvenes desmelenados intentaron mejorar el mundo con sus guitarras eléctricas. Sus canciones son también un mensaje de amor y paz. Una de ellas –la que particularmente es mi preferida- resume perfectamente el mensaje del palestino cuyo nacimiento ahora celebramos: All you Need is Love.
Entonces, queridos amigos, ya lo sabemos: All you Need is Love.
Con paz, amor y música,
El Hereje Impenitente
lunes, 24 de diciembre de 2007
Feliz Navidad!!!!!!!!! (All You Need Is Love)
martes, 18 de diciembre de 2007
Lo que el Viento también se Llevó
Usualmente desconfío de eso que se suele llamar 'cine clásico', ropaje bajo el cual se esconden defectos de toda laya e historias insoportablemente románticas, cursis y aburridas (todo en ese orden). El gato por liebre suele agazaparse tras el título de 'clásico' y, si tengo la oportunidad, no pierdo tiempo tratando de darle una oportunidad a la historia que se esconde tras esa etiqueta.
El problema es que la ignorancia es atrevida -confesión de parte- e ingenuamente creemos que la vida y sus problemas comienzan y terminan con nosotros, que antes de nuestra existencia todo es descartable y nada hay por rescatar. Esta película me enseñó esas y otras cosas.
Para empezar en "Lo que el Viento se Llevó" (1939) estamos ante una historia digna de cualquier novela negra que se precie, apuntemos:
1) La heroina es una engreida, egoista y estúpida niña blanca del sur terrateniente de los Estados Unidos en plena Guerra de Secesión que confunde sus sentimientos creyendo -únicamente por orgullo propio herido- que ama desesperadamente a su primo -casado con otra mujer todo un ramillete de virtudes- cuando en realidad el amor de su vida pasa por sus narices. Vivien Leigh interpreta magistralmente a Scarlett O'hara (después de un casting que duró dos años y tuvo a 1,400 postulantes haciendo cola) y su belleza va a la par de su actuación.
2) El protagonista es un Clark Gable -Rhet Buttler- canchero, mujeriego y jugador, que reniega sabiamente de la guerra y aun cuando ama con locura a Scarlett se cansa rápidamente de su egoismo y desamor y comienza a maltratarla paciente y tenazmente (la arroja de la escaleras y pierde un embarazo). El amor ofrecido por el personaje de Gable no es incondicional -como en las historias cursis y romanticonas de las que hablaba anteriormente- y ante la ausencia de una correspondencia abandona rápidamente la ilusión y decide poner tierra de por medio. Es memorable la frase que Gable le dedica a Scarlett cuando, al final de la historia, ella le confiesa su equívoco y le pide otra oportunidad: "Frankly my dear, I don't give a damn" ("francamente, querida, me importa un carajo").
3) Toda la estupidez de la Guerra de Secesión sirve como marco de fondo y hay miseria, discriminación y odios repartidos a lo largo de la película. Para ser 1939 la historia es demasiado osada e iconoclasta: los negros liberados -con excepción de los esclavos que sirven a sus amos- son ruines y delincuentes. El amor es aplastado por el egoismo y estupidez de sus protagonistas. No hay un final feliz porque la vida carece de ellos.
David O. Selznick fue el artífice de esta película que casi no llega a filmarse del todo y que reta la paciencia del espectador (dura 3 horas y media, pero, justo es decirlo, casi ni se sienten). En 1939 ganó 8 Oscar de la Academia -incluyendo mejor película y mejor actriz- y en considerada como una de las mejores películas de toda la historia.
Por mi parte, cuando tenga una película clásica a la mano me lo pensaré dos veces antes de dejarla pasar.
martes, 11 de diciembre de 2007
Yer Blues: 27 Años sin Lennon
27 años son toda una vida (sino que lo diga Cobain y compañía).
El día de hoy, los que quieren y respetan al maestro recordarán su lado más humano y social y ese hermoso manifiesto llamado 'Imagine' sonará sin parar en casi todas las radios del mundo.
Desde esta humilde hoguera también queremos rendir un homenaje a Lennon como lo que también fue: un rockero de polendas y un compositor excepcional.
'Yer Blues' es quizás la más desgarradora y bluesera canción que compuso en su época beatle.
Descansa en paz, maestro!!!!!!!!!!!
domingo, 2 de diciembre de 2007
El Arquitecto del Universo
El Capitán Alatriste
Nacen de una pluma iluminada y de pronto -por su valor, por su independencia o vaya a saber Dios por qué- cobran existencia independiente, se rebelan a su creador y viven al margen de él, casi a su pesar.
Pensemos, por ejemplo, en el sagaz y cocaínomano Sherlock Holmes, vivió a la contra de su padre sir Arthur Conan Doyle y éste no hallaba la forma de deshacerse de él. Quiso matarlo muchas veces y muchas veces se lo impidió el buen Holmes, desapareciendo y volviendo a aparecer, hasta que un día perdió la batalla contra su creador.
Vayamos a Sandokán, aquel corsario intrépido, llamado el tigre de la malasia, flagelo de ingleses y héroe por excelencia de cualquier adolescente que se precie. Sabemos mucho de él y de sus incontables aventuras al lado del fiel Yañez, de su padre Emilio Salgari solo sabemos que fue italiano.
De esta ilustre estirpe es Diego Alatriste y Tenorio, conocido en los campos de batalla, en los corrales de comedia y en los mares corsarios como El Capitán Alatriste.
Soldado veterano de los tercios de Flandes, malvive en el Madrid del Siglo XVII alquilando a su espada a causas justas -y otras no tanto-, pero siempre honesto, honrado y valiente. Ultimo representante de una legión de hombres decididos que hicieron de España una potencia temida en Europa, se rebela -aunque poco puede hacer- contra una corte española corrupta y en plena decadencia, plagada de nobles mezquinos, ensotanados avaros y burócratas insensibles.
Amigo personal de Francisco de Quevedo, el Capitán Alatriste se ve enfrascado en innumerables aventuras de una España venida a menos, bien sea por su sentido honor o su lengua afilada, al igual que el acero de su espada y el cebo de su arcabuz.
"El Capitán Alatriste" (1996), "Limpieza de Sangre" (1997), "El Sol de Breda" (1998), "El Oro del Rey" (2000), "El Caballero del Jubón Amarillo" (2003) y últimamente "Corsarios de Levante" (2006) son las seis primeras entregas de las aventuras y desvelos del Capitán Alatriste (narradas por su paje, hijo adoptivo y compañero de desventuras Iñigo Balboa), a la cual todavía siguen otras tres, hasta su ingrato final en la batalla de Rocroi en 1643 (Francia) al mando de un tercio español.
Este es el Capitán Diego Alatriste y Tenorio. De su creador Arturo Perez-Reverte hablaremos otro día. "No era el hombre más honesto ni el más piadoso, pero era un hombre valiente. Se llamaba Diego Alatriste y Tenorio, y había luchado como soldado de los tercios viejos en las guerras de Flandes." (del inicio de El Capitán Alatriste)