"Cebolla,
luminosa redoma,
pétalo a pétalo
se formó tu hermosura,
y en el secreto de la tierra oscura
se redondeó tu vientre de rocío."
(Pablo Neruda)
Cómo pasa el tiempo ¿verdad? Parece que fuera ayer cuando, entre baile y baile de una discoteca despoblada de Arequipa, me pedías que escribiera algo antes de nuestro aniversario -a modo de vindicar aquellos días de ensueño- y aquí me tienes, sentado frente al teclado y a pocos minutos de (in)cumplir mi promesa.
También parece que fue ayer cuando en un juego de charada cinematográfica me pedías, muriéndote de risa por los chilcanos que habíamos tomado, que adivinara una película peruana (
Contracorriente, aun lo recuerdo) para después darme el beso que te había hecho prometer como recompensa si acertaba. Aquel beso fue el primero de los miles que después sobrevendrían y anunció a los cuatro vientos que tu sonrisa llegaba para quedarse.
Aquella sonrisa que hoy hace un año me acompaña.
Aquella sonrisa que -lo supe antes y lo sé también ahora- quiero que me acompañe por lo que me resta de vida.
Feliz aniversario, cebollita, eres mi regalo inmerecido.